La historia da vueltas de cíclo. Si en la segunda república ya existia un partido que utilizaba las formas de la ultraizquierda para defender el fondo de la ultraderecha, hoy en Cataluña tenemos la suerte de volver a encontrarnos con un partido así: Ciudadanos de Cataluña.
El resultado general de las elecciones es bien conocido por todo el mundo: Mas y Saura suben, Montilla baja, Carod y Piqué se mantienen con un representante menos. Nadie tiene mayoría absoluta, y el escenario es practicamente idéntico al de las últimas elecciones.
Lo realmente preocupante son los 3 escaños de Ciudadanos. No me importa como se definen, puesto que por mucha piel de oveja que lleve, el lobo no deja de ser lobo. Lo que me importa es lo que son, y eso es lo realmente preocupante.
Ciudadanos es el aborto deseado de Boadella, Espada y compañía. De seres antropomórficos que se definen como intelectuales, pero que son, y es bien patente, simples populistas. Y hay que reconocer que, a pesar de que negaré siempre que sean intelectuales, han resultado ser mezquinamente inteligentes.
Han aprovechado todo el ruido y el anticatalanismo excretados por el proceso estatutario, para generar un proyecto diseñado a contentar las clases bajas inadaptadas de cataluña. Esos 90.000 votos no son más que el voto útil de la ultra-derecha cavernaria, que no se conforma con el inconformismo moderado de Piqué y compañía.
Camuflado en la piel de oveja de partido de izquierdas, con un discurso lleno de buenas intenciones pero deficiente en métodos para llevarlas a cabo, lo único que tiene bien claro ciudadanos es que está ahí, que tiene 3 escaños, y que en los 4 años que nuestro amado sistema democrático les brinda tiene que hacer el máximo ruido para conseguir más, y como una mancha de chapapote irse extendiendo para enturbiar la vida política y social de nuestro país.
Y si hay que salir desnudo en una publicación para conseguir ruido mediático, se hará.
Y si se tiene que mentir descaradamente con un discurso basado en la persecución lingüística y cultural del castellanoparlante en Cataluña, para arañarle votos a la ultra-derecha, se hará.
Y si hay que recurrir a un lenguaje soez, casi cavernicola, con tal de conseguir titulares, se hará.
De hecho, ya se ha hecho.
Un partido se representa por su candidato, y el perfil del de Ciutadans, Albert Rivera, resulta, cuanto menos, extraño.
A pesar de ser de mi edad y de mi pueblo, ni a mí ni a nadie de mi entorno y de mi edad le suena ni de vista. Además es titulado de Derecho en ESADE, lo que implica que su discurso de "por fin un partido que representa a la ciudadania" es más que dudoso, o acaso alguien a quien sus padres le pagan una carrera del coste de las de ESADE, puede definirse como alguien que comprende al ciudadano de a pie? Su discurso no despeja las dudas, lo de ir cambiando de lengua cada dos frases, si hace algo es sembrarlas: Tiene una persona con tal carencia de lucidez mental capacidad para participar en la vida política catalana?
Mi conclusión es que Ciudadanos es una broma del bufón Boadella y compañía, una demostración palpable de lo mal que funciona el sistema democrático, de sus carencias y debilidades, de como es posible debilitarlo usando formas y discursos importados del pasado. Y si ése era tu objetivo para ciudadanos, mis felicitaciones Boadella, lo has demostrado de sobras. El sistema democrático es hoy en día, y gracias al PP, altamente volátil, y ya veremos si sobrevive a muchos más experimentos como éste.
sábado, noviembre 04, 2006
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